Presentación

La presente web muestra la copiosa producción de cortometrajes de animación que el director Joaquín Pérez Arroyo realizó entre 1941 y 1959 para las firmas valencianas Juguetes Payá e Industrias Saludes —convertidas de su mano en productoras cinematográficas y fabricantes de proyectores de juguete—, además de CIFESA, Publicidad Levante o su propia firma, PASSA.

Esta página web culmina felizmente un proyecto integral de salvaguarda del patrimonio cinematográfico valenciano que da acceso al conocimiento de la historia y gestación de este singular capítulo de nuestra cinematografía, informa del estado e intervenciones de conservación realizadas sobre las películas y permite el visionado en streaming de aquellas obras conservadas de las que contamos con la autorización expresa de sus derechohabientes.

El proyecto de salvaguarda del cine de Pérez Arroyo, Payá y Saludes ha sido diseñado y desarrollado por Filmoteca Valenciana y ha contado con la colaboración de Filmoteca Española, Filmoteca de Catalunya, Filmoteca de Navarra y el Museo del juguete de Ibi, las cuales han desarrollado la preservación de sus propios fondos y facilitan su exhibición en esta web.

Como corresponde a un proyecto de estas características, el objetivo de la Filmoteca Valenciana ha sido y es recuperar la filmografía de Joaquín Pérez Arroyo y de las entidades valencianas Juguetes Payá e Industrias Saludes. Para ello recopilamos cuantas copias de cada título podemos y las comparamos entre sí para obtener en su restauración digital la versión más completa y de mejor calidad de imagen, que es la que difundimos en esta web. La preservación es digital, pero también haremos un duplicado en 35mm para asegurar su pervivencia a largo plazo. Con todo, la filmografía de Pérez Arroyo no se conserva íntegra -disponemos de 70 de sus más de 110 títulos – lo que determina que este sea un proyecto abierto, que aspira a localizar, conservar y mostrar las películas que faltan conforme las vayamos recuperando.

Parte esencial del proyecto es el apoyo de la Filmoteca a la investigación sobre la cinematografía valenciana (y española), lo cual redunda en la eficacia misma de nuestro trabajo. Así, eje vertebrador del proyecto y de esta publicación electrónica es la excelente investigación que bajo el título “El cine de Pérez Arroyo” ha realizado Raúl González Monaj, historiador e investigador del cine de animación de la Universitat Politècnica de València. La obra analiza la trayectoria del animador cordobés, fija su filmografía y da cuenta de los proyectores, a menudo diseñados por él, y de los distintos pasos de película y formatos de imagen con que trabajó y que hemos respetado en la tarea de conservación.

A fin de facilitar la navegabilidad, la web ofrece accesos a las películas a través de la monografía y mediante enlaces agrupados en la filmografía general y por productoras y formatos. El acceso a cada obra va inserto en su ficha catalográfica, que incluye los datos técnico-artísticos y la descripción de los trabajos de conservación realizados.

Juan Ignacio Lahoz Rodrigo

Jefe de conservación. Filmoteca Valenciana. Institut Valencià de Cultura

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Valencia en la edad de oro de la animación española

La historia de la animación de posguerra en nuestro país, conocida como “la edad
de oro” —desde el final de la Guerra Civil a los primeros años cincuenta—, durante la que se
llegaron a realizar cerca de un centenar de cortometrajes y cuatro largometrajes, siempre ha resultado fascinante por el contexto en que se desarrolló y por ello objeto de estudio pero, sin embargo, todavía quedan algunos episodios por ultimar. La presente web pretende completar una de esas lagunas, la aportación valenciana al citado periodo a través de la obra de Joaquín Pérez Arroyo y familia.

Estudio Pérez Arroyo (1943)

A través de esta investigación profundizaremos en las películas de los animadores Joaquín Pérez Arroyo y de su hijo Alberto Pérez Arroyo, autores apenas conocidos y que, acompañados de su familia, transitaron un difícil camino sin conexión con iguales, sin el soporte de una mínima red industrial y abocados al «hágalo ud. mismo» y al ingenio. Dibujantes que prácticamente iniciaron la que a día de hoy es una de las disciplinas artísticas más en boga y completa y a los que el tiempo y las circunstancias sepultaron casi en el olvido.

Quizá el trato casi anecdótico del trabajo de estos artistas pudiera deberse a que Valencia fue el más pequeño de los tres focos de animación activos en esos años. En cambio, Barcelona, verdadero motor en ese periodo,1 contaba con estudios que se formaban con facilidad, entre los que se trasvasaba material humano de calidad procedente del ámbito de los tebeos, constituyendo un verdadero tejido industrial.  Tanto fue así que de todo ese magma animado resultaron los primeros largometrajes de la historia de nuestro país. Por su parte Madrid, a pesar de contar con el precedente de la SEDA (Sociedad Española de Dibujos Animados) de preguerra, tampoco llegó a trascender más allá de unos pocos cortos, curiosamente, de stop-motion.

"La leyenda del arroz" (1943)

Al poco de terminar la guerra Pérez Arroyo y familia empezaron a trabajar desde Valencia en publicidad animada y aunque existía en la ciudad el precedente inmediato del pionero Carlos Rigalt2 no hay noticia de que coincidieran. Así, aislados, en su propia casa, con un exiguo equipo técnico y humano se convirtieron en una rara avis que, a diferencia de sus iguales barceloneses que tenían el tebeo como trabajo principal, se dedicó en exclusiva al ámbito animado. Bien es cierto que el grueso de ello sucedió, en gran medida, a instancias de CIFESA —la major española por definición— pero que, a pesar de su peso en la industria cinematográfica del momento, apenas aportó poco más que el encargo, tratando realmente de sumarse a una posibilidad de negocio sin apostar casi nada.

Sin embargo a pesar de la reducida dimensión del Estudio Pérez Arroyo, la participación de nuestros artistas en los programas cortos de CIFESA, así como la posterior implicación en dos de las marcas más populares del cine de juguete nacional (Jefe y Payá) hicieron que sus historias y personajes rebasaran el entorno local extendiéndose por toda España. Aventuras que disfrutaron los niños de todo el país, bien en el salón comedor o en la sala de cine, con Tom-Mix-Ito o con Quinito.

Estas fueron las circunstancias y el escenario tan poco propicios en los que se desarrolló la principal aportación valenciana al periodo más fecundo de la historia de animación española y al cine de juguete. Pero además, en la presente investigación, al heroísmo pionero se le suma lo enigmático, pues de la quincena de piezas animadas en 35 mm (entre cortometrajes, piezas para documentales y anuncios publicitarios) realizados por Joaquín Pérez Arroyo y su hijo tan solo han sobrevivido cinco títulos —y fragmentos de algún otro— y en formatos menores. Así mismo, las numerosas peliculitas (casi un centenar) para los distintos proyectores de juguete que se realizaron ex profeso se encontraban por catalogar y preservar. Por todo ello se ha decidido compilar exhaustivamente todo el material posible relativo a cada una de ellas aprovechando la oportunidad de la edición de esta web. Obras todas de mayor o menor calidad que no trascendieron pero cuyos autores merecen un recuerdo por su condición de adelantados en una técnica, en un país y en unos tiempos difíciles.

Carlos Rigalt Anguiano (c. 1940)
"Quinito fotógrafo" (1944)
  1. Durante la edad de oro de la animación española Valencia solo aportaría alrededor del 15% de la producción del metraje corto total en 35mm, mientras que Barcelona lo haría con el 70%, aproximadamente y con el 100% del metraje largo
  2. Para saber más: https://doi.org/10.4995/caa.2017.7306