En esta pieza asistimos al recorrido que lleva al pollito Rafael desde su nacimiento hasta su primer combate pugilístico en el Campeonato de España. Alimentado con salchichón y entrenando con ahínco desde su más tierna infancia, el pollo Tom-Atero no será rival para Rafael en la categoría “peso pollo”.

Apuntes técnicos:

1. A destacar el plano de la entrada del público al palacio deportivo. Aquí, Alberto Pérez Maset utiliza una cónica de tres puntos de fuga y una llegada muy cartoon de los coches de los espectadores.

Vemos a un peripuesto pollito Rafael acudiendo a las atracciones de la feria local. En un tiovivo se sube a un bólido de carreras que sorpresivamente sale disparado, siendo perseguido por el dueño de la atracción. El coche, que parece tener vida propia, sube por una rampa, vuela cual reactor y termina zambulléndose en un estanque. La loca carrera finaliza cuando el choque con un árbol lo devuelve a los brazos de su madre.

Apuntes técnicos:

1. A destacar la anticipación del bólido de Rafael y el uso de dibujos barridos para acentuar la sensación de velocidad, así como la excelente animación del coche perseguidor.
2. A destacar el gag del coche sacudiéndose el agua tras salir del estanque.

Un gitano obliga a su perro (Séneca) a robar una barra de pan en el pueblo cercano pero, a la salida de la panadería, es interceptado por un guardia que lo detiene. En el posterior juicio un tribunal perruno lo condena a “caseta con cadena”. Tres amigos del perro deciden liberarlo y para ello le suministran una bebida adelgazante. La argucia resulta y Séneca se libera de la cadena, pero su delgadez es tan extrema que se ven obligados a hincharlo con una bomba de aire para que recupere su antigua constitución. La pandilla celebra contenta el feliz resultado.

Apuntes técnicos:

1. A destacar el último plano. Se trata de una animación en ciclo de los perros en ¾ sobre un fondo animado. Un recurso, éste, poco habitual en la animación doméstica por su dificultad técnica.

Séneca, tras fumar una pipa que encuentra en medio del campo, se echa a dormir mareado. Después de una breve pesadilla con un jamón se despierta terriblemente hambriento. Afortunadamente, descubre un gran hueso abandonado pero el grandullón Malapata se lo roba sin miramientos.  Contrariado y hambriento idea dirigirse al museo paleontológico provincial; de allí saldrá arrastrando el esqueleto de un gran dinosaurio con el que saciar su apetito.

Tom-Mix-Ito viaja tranquilamente por el desierto a lomos de su dromedario hasta que se ve sorprendido por una tormenta de arena. Presto, busca refugio en una pirámide lejana. La belleza del interior lo maravilla hasta que se encuentra con una momia con cara de pocos amigos. Rápidamente desenfunda su revolver y la tirotea con nulo resultado, iniciándose una persecución por los corredores de la pirámide. En plena carrera Tom consigue salvar una piscina habitada por un cocodrilo, pero no así la momia, que acaba en sus fauces.  Sin embargo, al poco, Tom cae en un foso infestado de serpientes amenazantes del que consigue salir merced a sus dotes de flautista. Finalmente da con la cámara del tesoro de la pirámide y se lanza a por sus ricos tesoros, no sin antes deshacerse de otras dos momias guardianas.

Se trata de un título a destacar por su calidad general. Tanto en los escenarios como en las animaciones, —no siendo Tom-Mix-Ito, un personaje sencillo—, así como por la historia, mucho más concreta que las anteriores.

Aquí asistimos a un curioso partido de rugby entre un equipo de arañas frente a otro de moscas arbitrado por un grillo y locutado por un saltamontes. La dureza del encuentro y el juego sucio hace necesaria la repetida intervención de la ambulancia para retirar a los jugadores lesionados. Tanto es así que el partido acaba casi sin contrincantes ilesos y con empate a cero.

Apuntes técnicos:

1. A destacar por la calidad de la animación. En especial la de la ambulancia con overlaping y una buena dosis de rubber. El diseño de los insectos y arácnidos también resulta acertado.
2. La animación de los camilleros está tomada en parte de la de los asistentes del mago Chincho-Chinchón de Noche de circo (1943), constituyendo el primer reuse de esta etapa de cine doméstico.

La lectura de un diario le recuerda al delantero Tom-Mix-Ito que ese mismo día tiene partido de fútbol contra el Pintas F.C y sale raudo hacia el estadio. Con el encuentro ya empezado, Tom tiene distintos tropiezos con varios transeúntes en su loca carrera por la ciudad. Cuando Tom por fin llega al campo su equipo va perdiendo, pero gracias a su asombrosa actuación el partido finaliza con un increíble 3-40.

En este título vemos por primera vez el recurso narrativo del montaje paralelo, cuando entre los primeros momentos del partido el autor intercala la carrera de Tom-Mix hacia el estadio.

Apuntes técnicos:

1.  Apreciamos un posible reuse de animaciones del público extraídos de Quinito sangre torera (1947)
2. Como curiosidad, entre la publicidad del estadio se pueden distinguir anuncios del propio Cine Mago.
3. El taxista que recoge a Tom-Mix-Ito es sin duda el propio Pérez Arroyo en su segundo cameo —el primero fue portando a hombros a Quinito al final de Quinito sangre torera.

Tom-Mix-Ito sale al galope en persecución del forajido Tom-Hate, que acaba de asaltar el banco del pueblo. Ya en las afueras, tras un intenso tiroteo, se enzarzan en una confusa pelea de la que sale vencedor el bandido, que apresa y ata a Tom-Mix-Ito. Al poco, son interceptados por los indios traga-melones que les atacan con flechas, tanques y hasta artillería. La casualidad quiere que una de las flechas libere de sus ataduras a Tom-Mix-Ito y este aproveche para reducir al forajido en otro confuso combate. Al tumulto se apuntan también los indios para acabar todos presos en una cuerda de reos que encabeza el bandido y que conduce un contento Tom-Mix-Ito.

Apuntes técnicos:

1. Quizá se trate de uno de los títulos que más acuse la alta velocidad de las películas domésticas, ya que elementos bien animados apenas son apreciables. Como, por ejemplo, el gracioso ciclo del galope, el fondo animado durante el tiroteo a caballo, el ingenioso gag de la recarga del revolver de Tom-Mix-Ito, o el último plano, por su profundidad de campo.

Juanito (a todas luces Quinito) viaja junto a su perro Séneca en un pequeño vapor hasta el Polo. Una vez desembarcados se dirigen en trineo hasta un iglú donde tratan de entrar en calor. Para ello Séneca echa mano de una botella de coñac pero su alta graduación hace que corra aullando a zambullirse en las heladas aguas. Juanito sale en su búsqueda hasta que cree dar con el, pero lo confunde con una agresiva morsa y se inicia una persecución plagada de obstáculos. Finalmente, tras agarrarse a una gaviota en vuelo, acaba aterrizando sobre la cubierta de su barco saliendo por pies de aquel sitio. Durante su marcha conseguirá rescatar in extremis a Séneca, que en ese momento es perseguido por la morsa furiosa.

Esta misma historia la podremos disfrutar en el cuadernillo Tolín en el Polo que por esas fechas publica Alberto para la Editorial Gong, sin que podamos saber que medio fue el primero en salir a la luz.

Apuntes técnicos:

1. A destacar la animación del barco y el diseño de algunos de los escenarios.
2. El ciclo del vuelo de un pájaro parece estar reusado de otro aparecido en «Pollito Rafael en la feria».

Tras el fortuito hallazgo en una playa de una botella con un mensaje de socorro firmado por Marisa Quinito emprende su rescate. Decidido, rema con su piragua hasta arribar a la costa de la isla de Ja-Ja-Jay, habitada por caníbales. Quinito llega en el momento justo en el que Marisa está siendo cocinada en un enorme perol, mientras los miembros de la tribu danzan alrededor, por lo que traza un plan. Así, confecciona un disfraz con el que se hace pasar por una deidad que pone en fuga a los asustados salvajes, dejándole vía libre para liberar a Marisa. Pero en su huida Quinito pierde su atuendo y es descubierto por los caníbales, que inician su persecución. Sin embargo Quinito, gracias a un cohete añadido a su piragua, logra escapar raudo de sus perseguidores con Marisa a bordo.

Curiosamente esta cinta aparece nombrada en su catálogo y caja correspondiente como Marisa en El secuestro.

Vemos a Quinito por la selva vestido de explorador y armado con una especie de escopeta-trabuco al acecho de cualquier animal. En su batida se topa con un mono, un león y un rinoceronte que lo ponen en aprietos. También, se enfrenta a un cocodrilo al que convierte en distintos complementos de moda a base de disparos. Al finalizar la jornada solo habrá conseguido capturar a un grillo y a un ratoncito.

A pesar de ser una película firmada por Alberto Pérez Maset se trata de una producción que tiene la factura inequívoca (y más pobre) de su padre Joaquín Pérez Arroyo.

Apuntes técnicos:

1.  Es curioso ver como en algunos planos con árboles en primer término utiliza la técnica del overlay correctamente (separando los árboles en un nivel distinto al del escenario principal) y en otros recorta la figura del personaje para que parezca que pasa por detrás de ellos.

Durante una exhibición aérea Tom-Mix-Ito acaba aterrizando en los anillos de Saturno. A su llegada es detenido por sus habitantes, una suerte de malencaradas patatas con ruedas de un solo ojo, que lo llevan ante su rey, Don Saturnino.  Tom, se resiste a su control mental y agrede al monarca por lo que se ve obligado a huir en una complicada fuga. Finalmente, aterriza sano y salvo en su aeródromo sin que nadie sospeche la increíble aventura vivida.

Estamos ante uno de los títulos más surrealistas de la producción de Alberto, con unos diseños de personajes y escenarios muy novedosos.

Esta película tuvo un periplo extrañ0. Se planificó como «en rodaje» para una segunda tanda de películas Mago pero no vio oficialmente la luz hasta el Boletín Jefe nº 3 (c. feb. 1955), sin embargo, en la copia negativa que hemos hallado figura la cartela de «Una película Mago» que precede a todas las realizadas para este proyector. Es por ello, que en la Filmografía de Pérez Arroyo e hijo la hemos consignado en el  apartado «Catálogo Cine Mago».