Monocinema

La incursión en el cine doméstico de juguete la inició Pérez Arroyo en el verano de 1945, cuando lo encontramos en Ibi (Alicante) patentando un curioso ingenio con la denominación de «Nuevo sistema visor de imágenes intercambiables por transparencia aplicable a cines de juguete» y que con el nombre comercial de Monocinema explotó Juguetes Payá, por lo menos hasta 1951. Se trataba de un aparatito de tan solo 15 pts. la unidad, de disfrute individual y cuyo funcionamiento se adivinaba a través del mismo cartel que lo publicitaba. Cartel que precisamente firma Pérez Arroyo y que resultó clave para establecer la conexión Pérez Arroyo-Payá. Desconocemos cómo se produjo el encuentro entre Payá Hermanos S.A. y Joaquín Pérez Arroyo pero sí sabemos que marcó el inicio de una nueva etapa para ambos, puesto que, a partir de entonces, la juguetera inició su (discontinua) línea de proyectores de celuloide —paralelamente a su exitoso cine de papel Rai—, y Pérez Arroyo, que venía del cine en 35 mm, reorientó su carrera hacia el diseño de proyectores de juguete y a las películas para éstos.

Cartel publicitario del Monocinema realizado por Joaquín Pérez Arroyo (1945)

"El cine de bolsillo"

Las dimensiones del aparato, de tan solo 50 gramos y construido en chapa metálica, eran de 7 cm de diámetro por 2 cm de grosor y no necesitaba de ninguna fuente de alimentación para poder ser disfrutado pues le bastaba con la luz exterior. Funcionaba a la manera de los posteriores y populares televisores souvenir con mirilla que cargaban una rueda de pequeñas diapositivas, solo que, en este caso, la rueda era sustituida por una película de celuloide. En concreto utilizaba el subformato de 9,5 mm de arrastre central, que un gatillo de accionado manual hacía avanzar fotograma a fotograma.

Patente del Monocinema (Joaquín Pérez Arroyo, 1945)

Las películas

Para este juguete Pérez Arroyo realizó una decena de obritas de menos de 1 metro que, al precio de 5 pts. por unidad, ofrecía títulos como Cartero aéreo, Policía del Oeste, Un buen chut, Campeón de natación o Afición al toreo y tras los que se encontraba Quinito. Curiosamente, el nombre de su personaje estrella aparecía encabezando el título en la cartela al inicio de la película—Quinito policía del Oeste, Quinito en afición al toreo, etc..— pero no así en la hoja-catálogo, ni en las cajitas contenedoras de las películas. No sabemos si ocultando al protagonista a primera vista Pérez Arroyo trataba de evitar algún tipo de reclamación legal por parte de su antigua productora, CIFESA, pero en tal caso el asunto debió quedar aclarado al poco porque en 1947 se estrenó en las salas de cine Quinito sangre torera.

En el listado que acompañaba a las instrucciones figuraban los siguientes títulos al lado indicados y aunque se anunciaban en preparación “otras muy bonitas y divertidas” no hemos sabido de más.

Instrucciones/listín
Monocinema, instrucciones/listín y cajas

Quinito es testigo del atraco a un banco por parte de un forajido que huye al galope tras el golpe. Decidido a atraparlo despegará presto a bordo de su cohete caza-bandidos. Cuando nuestro héroe logra situarse sobre la vertical del huido despliega un gancho desde la panza del aparato con el que logra pescarlo, acabando éste entre rejas. El sheriff condecora a Quinito por los servicios prestados.

Conservación:
A completar

Quinito, a los mandos de un aeroplano, presta servicio de mensajería aérea mientras se divierte haciendo acrobacias. Su precisión en la entrega es tal que acaba acertando de lleno al cartero que ha de recoger su saca.

Conservación:
A completar

Quinito, un tanto gamberro, dispara un balonazo sobre un automóvil que circula por la calle. Del impacto este acaba convertido, surrealistamente, en varios patinetes, uno de los cuales será manejado por el conductor que, caído del cielo, no parece haberse dado cuenta del cambio de vehículo.

Apuntes técnicos:

  1. El plano último de la aparición de Quinito tras un árbol, por su mayor calidad, podría haber sido sacado de la desaparecida película en 35mm Quinito futbolista (1944). Se trata de un plano medio que también veremos reusado en más ocasiones.
Conservación:
A completar

Vemos a Quinito en el campo toreando de salón a un amigo que ejerce de toro ataviado con una cabeza falsa, mientras el resto de la pandilla lo jalea. En estas aparece un verdadero toro que provoca la huida del amigo y pasa a ocupar su lugar sin que Quinito se de cuenta de la nueva situación, ¿o si? Finalmente, Quinito se deshace de su adversario tras un pase largo que acaba con el astado estrellado contra un árbol.

Conservación:
A completar