El Pequeño Ekler, de diseño y dimensiones exactas al Cine BB III, se diferenciaba, aparte de por el color, por incorporar una mejora en el mecanismo de arrastre. Así, a éste se le había añadido un obturador que se desplazaba conjuntamente con la película para después retroceder, cubriendo los espacios entre fotogramas de la película. Además, solo permitía el sentido de avance, por lo que se evitaban posibles roturas debido a un uso poco ortodoxo.  Es decir, a parte de evitar los destellos de luz blanca y mantener delimitada la ventanilla de proyección, se alargaba la duración de las películas.

Sin embargo, a pesar de compartir formas y catálogo con el anterior Cine BB, al no existir documento alguno, no podemos asegurar su paternidad. Pero, debido precisamente al mecanismo descrito y a su aplicación posterior en otros aparatos alumbrados en el círculo familiar, nos inclinamos a pensar que pudo ser obra de Alfredo Roig Cangrós y/o de su hijo Alfredo Roig Crespo, en la que sería la primera aportación de éste al diseño de proyectores y que al poco completaría con hasta tres aparatos más.

Lo que parece seguro es que el nombre de Pequeño Ekler, responde a una traslación fonética de la famosa marca francesa cinematográfica “Eclair” (el relámpago), y que el afrancesado Roig Cangrós a bien seguro conocía.